Ayer, miércoles de ceniza, Pedro Muñoz se vistió de luto para despedir entre llantos (y alguna que otra risa) a la Sardina, la cual fue incinerada bajo la atenta mirada de todos los pedroteños en la Plaza de Toros.
Además, muchos de los más peques de la localidad se atrevieron a realizar su propia Sardina, la cual también fue quemada junto a las demás para después disfrutar de sardinas asadas, pues no todo iba a ser llorar…
¡Gracias a todos por despedir a Doña Sardina como se merece!